sábado, 1 de noviembre de 2014

Renacimiento

Desde la fecha de publicar el texto sobre San José pasó como... ¿un año? Entonces la unica manera posible de llamar el texto que lees es renacimiento, renacimiento de esta página.

Obviamente durante ese 6 meses pasaron muchas cosas. Pasé por no tantos, porque sólo tres países y ahora estoy en Venezuela. Perdon, Republica Bolivariana de Venezuela. Ahora ya estoy a punto de acabar el tercer cuaderno, donde mis días se convierten a garabatos negros encima de las hojas de papel. Una manera desesperada de parar tiempo, de concervar los momentos pasados, para que...? Para re-vivirlos antes? Sólo, o con alguien? Un trabajo inútil...? No se, pero siento, que estas hojas se me volvieron preciosas, perderlos significaría perder parte de mi vida. Que preciosas son, ojala nadie me los robe.

En mi perfil en picasa he puesto las galerias de fotos de los lugares nuevos, por si alguien quiere ver
Las fotos no cuentan mucho, aunque hay mucho de contar. Lo voy a tratar de hacer en unas pocas palabras.

Rio en Gualaca, Panamá

Saliendo de Costa Rica pasé por un regin bananero, donde me enteré, que las bananos son transportados por mulas. No me lo había sabido... La frontera a Panamá la pasé mal -  me dieron sunicamente un, en vez de dos sellos en mi pasaporte, que me brindó posteriormente una semana horrible, llena de nervios y tristeza, de tratar de arreglar mis papeles en este país. Pues, pasé más que tres meses en Panamá... ilegal.

En Bocas del Toro conocí a un sacerdote polaco, con cual hemos hablado acerca de viajar - como el viajaba anteriormente en moto por Centroamerica, acerca de la vida y muerte. Ese encuentro me fortalecio, y paso justo en el momente propio para este tipo de encuentros - por la Semana Santa.

Pero la Semana Santa la pasé un poco más adelante, en Gualaca. Y en aquellos días a Panamá vino tambien Sandra, con cual compartimos casi todo el tiempo hasta un día triste de octubre, cuando ella se fue por su camino. Sandra es como un pájaro, es una alma completamente libre, una persona alegre y querida, es un tesoro de la humanidad, por cierto.

Ya con ella pasamos por una playa que resultó no ser playa, nos quedamos un tiempo en Santiago, Chitré y Valle de Anton, entre cuales más me gusto el lugar último.

Las montañas que rodean un pueblito pequeño de Valle de Anton
Demoramos tambien un tiempo en la Ciudad de Panamá, el reino de carros y consumo. Allá conseguimos la bici para Sandra, construimos las cajas de plastico para llevar sus cosas y pasamos días tocando en bares y buses. Nos iba muy bien - en unas horas en buses, con dos musicos excelentes como nosotros, se puede ganar hasta cien dolares. Pero sí, se necesita decir que Sandra canta increible bonito.

A Darién fui solo, S. se quedo un tiempo más en la ciudad, colgandose en la tela en las plazas y conociendo la gente. Yo me lanzé a estas tierras incognitas del famoso tapon, donde encontré a la gente amable, una serpiente, unas cuantas tortugas, retenes militares y mucha humedad. Llegué al final de la famosa Carretera Panamericana, hasta Yaviza, y habiendo satisfecho mi deseo de conocer este lugar, regresé a la ciudad.

El final y el comienzo del mundo llamado Yaviza
Nos reunimos con S. nuevamente y pedaliamos ya juntos a Miramar, donde logramos pedir la venton en un barco de carga, que nos llevó hasta Puerto Obaldia - la frontera con Colombia. De allá pasamos a Capurgana...

El plan era seguir inmedietamente a Turbo y empezar a rodear por las carreteras Colombianas. Pero. Nadie nos  había dicho, que Capurgana es tan bella.

El primer día - sí, nos gusta, nos quedemos otro día!
Día 4 - tal vez una semana más?
Día 12 - acaso tienen acá alguna casita para alquilar?

Nos demoramos dos meses. Vivimos en una casita de madera, hermosisima y baratisima, rodeada por arboles de platano y con palmara de coco, que nos brindaban desayunos cada mañana. Bañandose en ríos y el mar en las playas paradisiacas, el tiempo nos iba rapido. Conocimos unos buenos amigos - Victor, Ivone y su hijo Mapai, doña Rosa y Danilo, Pablo el artesano, un inglés llamado Andy y muchos otros personajes del pueblo pequeño. Era una experiencia nueva y chevre - quedarse en un lugar más tiempo, conocer la vida local en detalles pequeños, sentir el ritmo del pueblo. Ademas tuvimos la oportunidad de ayudar una semana en la finca ubicada en pura selva, llamada La Paloma. Allá cocinamos para los trabajadores y, pues, pasamos el tiempo en el rio o hamacas. Eso es un paraiso terrenal.

hamaca

las trufas - uno de nuestros negocios

playa en La Miel

nuestra casita

con los amigos - Ivone y Victor
Despues de 2 meses tratamos de pedir la venton a Turbo, pero todos barcos de carga nos rechazan... Finalmente compramos los boletos a una lancha (son caros...) que va a Turbo y de allá empezamos a pedaliar por Colombia. No pasamos mucho tiempo juntos, porque pronto Sandra decidió ir por su cuenta y yo estoy continuando sólo, de nuevo. Pase por toda la costa colombiana del Caribe, ví playas y ciudades, de los cuales mi favorito es Mompox - un lugar de dulce tranquilidad, algo muy raro en America Latina ;-). La gente colombiana me trataba muy bien, mientras entre la naturaleza más me gusto el desierto de La Guajira - ve mi galeria de unos 21 fotos acá.

pues, Sandra se fue

invitado de un paisa

Mompox blanco, Mompox tranquilo

visitando la casa de Márquez en Aracataca

¨y en la quietud los cafetales vuelven a sentir¨ (Minca)
Venezuela, de cual por todos lados se habla muy mal, me recibió con brazos abiertos. Ya desde hace más de dos semanas estoy en Maracaibo, donde conocí a ciclistas locales - las pocas personas que no usan la gasolina más barata del mundo y no contaminan a la ciudad, ya supercontaminada. Lo pasamos bien, pero finalmente hay que moverse - ¡mañana arranco a Barquisimeto!

¡usa la bici!


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