Lo encontré tranquilo: en su casa, preparando un caldo repleto de verduras y carne picadita. Detrás de la casa yacía un espacio preparado para una nueva huerta y él estaba yendo a la otra, más grande y campo adentro. Pero lo que parece fácil y sencillo muchas veces no lo es. También Pedro - antes de estar cuidando sus tomates hermosos en la tranquilidad de Chololó - recorrió el largo camino desde Bahía Negra, atravesando los campos petroleros, Asunción la caótica y problemas familiares nada sencillos. Pero aqui está con nosotros: Pedro Galeano, enseñandonos que el camino de la vida está lejos de ser previamente determinado. Más bien es algo que se hace - justamente - por el camino [Machado: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar"].
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