Ojo, yo comprendo perfectamente que cada pueblo necesita de su mito, de su leyenda y sus héroes para consolidar la unidad nacional acerca de una idea o lo que sea, pero coño... Los peruanos se pasaron. Me explico: sus mitos a veces están tan lejos de la verdad, que hasta da risa.
Hace unas dos semanas tuve un verdadero gusto de visitar las pampas de Ayacucho (a paso de vencedores, por supuesto), el lugar donde se selló la independencia latinoamericana. Ví el obelisco - bonito, ví el lugar donde se firmó la capitulación del ejercito realista - chévere, y ví tambien un letrero informativo acerca de la historia de la independencia:
¿Alto Perú? O sea: Bolivia hoy en día. En otros letreros que rodean al obelisco de la batalla los autores utilizan los nombres modernos de los estados, pero en éste caso, como para confundir al lector, dicen: Alto Perú (para que piense que es Perú, pues). Por cierto: según los peruanos fue Bolívar quien - como dicen - le "robó" Bolivia (Alto Perú) a Perú, cosa medio complicada, puesto que Alto Perú desde 1776 pertenecía al Virreinato de Rio de la Plata (Buenos Aires) mientras Bolívar nació siete años... despues. Pero bueno, volvamos al letrero.
¡Entonces ahora resulta, que la independencia latinoamericana nació y culminó en Perú! Mmm, ¡tan interesante! No es que no hubiese ninguna revolución en Chiquisaca. Sí pues, existió, como muchos otros pequeños levantamientos sin éxito ni continuación, encabezados por la nobleza local sin tomar en cuenta ningún cambio social (vease el 10 de Agosto 1809 en Quito, por ejemplo... aja, ¿y Haití con su independencia de 1804?). Con eso de terminar las guerras de independencia en Callao 1826 tampoco estoy muy seguro, o sea no sé que dirían los que lucharon en la batalla de Tampico 3 años despues, por ejemplo.
Pero bueno, está bien, no seamos fastidiosos, que sea así que la lucha por independencia nació y terminó en Perú, pues por qué no, es una versión de historia muy interesante. Sin embargo sus autores no explican por qué - por ejemplo - en Ayacucho lucharon más que todo soldados y generales de Venezuela, Colombia, Chile y Argentina: ¡cosa que confirman otros letreros ubicados al lado del obelisco de la batalla!. ¿Cómo fue ésto? ¿Pues si todo comenzó de Perú, de donde carajo vinieron los vagabundos ésos? A falta de explicación, quiero proponer que los peruanos pongan otro letrero más, con el siguiente cuento.
Caracas, comienzos del siglo XIX. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco y su pana Sucre estan haciendo la cola a la arepera socialista, ésta por la entrada a la estación del metro Capitolio, ésta misma entrada que la cierran cuando oscurece y toca cruzar la avenida Baralt en medio del caos de las 7pm (por cierto: se supone que El Comandante es eterno, así que las areperas socialistas también deben haber existido desde siempre).
Bolívar: Marico, ¿ótra vez arepa? Comamos otra cosa.
Sucre: Coño, sí, tienes razón. ¿Qúe por ejemplo?
B: Qué sé yo... Podríamos dar una vueltica a Perú a comer ceviche, ¿que te parece la idea?
S: Sí, ´ta buena esa. ¿Vamos en tu camioneta?
B: Ya te dije güevón que no consigo batería desde hace rato. Vamos a caballo.
S: ¿Todavía no te asignaron una nueva Chery?
B: Pues no, imbecil, vamonos.
S: Llevemos por el camino un par de llaneros.
B: ¿Y eso?
S: Me dicen que el Perú ese queda medio lejito y si nos da hambre por el camiono pues nos hacen carne en vara, cachapa, lo que sea.
Y tal cual hicieron: se marcharon por el Llano, subieron a Boyaca, pasaron a la Audiencia Real de Quito y alli, en Guayaquil, se encontraron con San Martin.
Bolivar: Mira, chico...
San Martin: ¡Yo soy grande! Mirate tú, ¡vos sos chico!
B: No es eso, chico..
SM: ¡Ya te dije que no soy chico! ¡Andá! O me voy yo.
Y se fue, dejando a Bolivar un par de argentinos y chilenos que vinieron desde el Sur camino a Santa Marta a donde se iban de vacaciones para conocer que el agua del mar tambien puede ser tibiecita y no solamente fría que jode, como en la Patagonia. Ya juntos llegaron a Junin, porque nadie les había dicho que ceviche venden solamente en la costa. En Junin se encontraron con el ejercito realista que con mucha hambre se marchaba a Colombia pa´ tragarse bandeja paisa. Éstos ultimos le dijeron a Bolívar lo de ceviche y de la costa, de manera que don Simón bajó a Lima dejando a Sucre en la Sierra, puesto que éste primero aparte de conchudo era pichirre y quiso comer solito para que hubiese más para el.
De ésta manera, por casualidad pura, en la Batalla de Ayacucho - que selló la lucha por independencia latinoamericana nacida y terminada en Perú - ganaron soldados venezolanos, colombianos, argentinos y chilenos, dirigidos por un cumanés. ¡Voila!
Hace unas dos semanas tuve un verdadero gusto de visitar las pampas de Ayacucho (a paso de vencedores, por supuesto), el lugar donde se selló la independencia latinoamericana. Ví el obelisco - bonito, ví el lugar donde se firmó la capitulación del ejercito realista - chévere, y ví tambien un letrero informativo acerca de la historia de la independencia:
¡Tan interesante! |
¿Alto Perú? O sea: Bolivia hoy en día. En otros letreros que rodean al obelisco de la batalla los autores utilizan los nombres modernos de los estados, pero en éste caso, como para confundir al lector, dicen: Alto Perú (para que piense que es Perú, pues). Por cierto: según los peruanos fue Bolívar quien - como dicen - le "robó" Bolivia (Alto Perú) a Perú, cosa medio complicada, puesto que Alto Perú desde 1776 pertenecía al Virreinato de Rio de la Plata (Buenos Aires) mientras Bolívar nació siete años... despues. Pero bueno, volvamos al letrero.
¡Entonces ahora resulta, que la independencia latinoamericana nació y culminó en Perú! Mmm, ¡tan interesante! No es que no hubiese ninguna revolución en Chiquisaca. Sí pues, existió, como muchos otros pequeños levantamientos sin éxito ni continuación, encabezados por la nobleza local sin tomar en cuenta ningún cambio social (vease el 10 de Agosto 1809 en Quito, por ejemplo... aja, ¿y Haití con su independencia de 1804?). Con eso de terminar las guerras de independencia en Callao 1826 tampoco estoy muy seguro, o sea no sé que dirían los que lucharon en la batalla de Tampico 3 años despues, por ejemplo.
Pero bueno, está bien, no seamos fastidiosos, que sea así que la lucha por independencia nació y terminó en Perú, pues por qué no, es una versión de historia muy interesante. Sin embargo sus autores no explican por qué - por ejemplo - en Ayacucho lucharon más que todo soldados y generales de Venezuela, Colombia, Chile y Argentina: ¡cosa que confirman otros letreros ubicados al lado del obelisco de la batalla!. ¿Cómo fue ésto? ¿Pues si todo comenzó de Perú, de donde carajo vinieron los vagabundos ésos? A falta de explicación, quiero proponer que los peruanos pongan otro letrero más, con el siguiente cuento.
Caracas, comienzos del siglo XIX. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco y su pana Sucre estan haciendo la cola a la arepera socialista, ésta por la entrada a la estación del metro Capitolio, ésta misma entrada que la cierran cuando oscurece y toca cruzar la avenida Baralt en medio del caos de las 7pm (por cierto: se supone que El Comandante es eterno, así que las areperas socialistas también deben haber existido desde siempre).
Bolívar: Marico, ¿ótra vez arepa? Comamos otra cosa.
Sucre: Coño, sí, tienes razón. ¿Qúe por ejemplo?
B: Qué sé yo... Podríamos dar una vueltica a Perú a comer ceviche, ¿que te parece la idea?
S: Sí, ´ta buena esa. ¿Vamos en tu camioneta?
B: Ya te dije güevón que no consigo batería desde hace rato. Vamos a caballo.
S: ¿Todavía no te asignaron una nueva Chery?
B: Pues no, imbecil, vamonos.
S: Llevemos por el camino un par de llaneros.
B: ¿Y eso?
S: Me dicen que el Perú ese queda medio lejito y si nos da hambre por el camiono pues nos hacen carne en vara, cachapa, lo que sea.
Y tal cual hicieron: se marcharon por el Llano, subieron a Boyaca, pasaron a la Audiencia Real de Quito y alli, en Guayaquil, se encontraron con San Martin.
Bolivar: Mira, chico...
San Martin: ¡Yo soy grande! Mirate tú, ¡vos sos chico!
B: No es eso, chico..
SM: ¡Ya te dije que no soy chico! ¡Andá! O me voy yo.
Y se fue, dejando a Bolivar un par de argentinos y chilenos que vinieron desde el Sur camino a Santa Marta a donde se iban de vacaciones para conocer que el agua del mar tambien puede ser tibiecita y no solamente fría que jode, como en la Patagonia. Ya juntos llegaron a Junin, porque nadie les había dicho que ceviche venden solamente en la costa. En Junin se encontraron con el ejercito realista que con mucha hambre se marchaba a Colombia pa´ tragarse bandeja paisa. Éstos ultimos le dijeron a Bolívar lo de ceviche y de la costa, de manera que don Simón bajó a Lima dejando a Sucre en la Sierra, puesto que éste primero aparte de conchudo era pichirre y quiso comer solito para que hubiese más para el.
De ésta manera, por casualidad pura, en la Batalla de Ayacucho - que selló la lucha por independencia latinoamericana nacida y terminada en Perú - ganaron soldados venezolanos, colombianos, argentinos y chilenos, dirigidos por un cumanés. ¡Voila!
El Obelisco |
A paso de vencedores |
Capitulación de Ayacucho |
Jajajaja. Que bien va tu escritura Chamo. (: Abrazos desde la tierra del comandante eterno y super arrechísimo.
ResponderBorrarLamentablemente en peru estos letreros son escritos por libros de manos españolas y los peruanos no se dan la molestia de refutar siquiera, hay mi país, hasta yo me indigno porque tuve una experiencia parecida en el museo de Grau en Piura con las cuadros truqueados, saludos amigo:)
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