Al final dije, que ya, ya ni modo, no puedo pasar más tiempo allá. Pues al final es una ciudad grande, ruidosa, ruidosa, y cien veces más: ruidosa. Pero tiene sus ventajas, tiene sus eventos culturales, sus parques y me dio chance para continuar mi gire de conciertos por America Latína.
Entré a Costa Rica por Los Chiles, un puesto pequeño por otro lado del río San Juan que San Carlos. Pues, pero primero pasó mi salida de la isla Ometepe: cuatros horas en un barco bananero, bajo el cielo con milliones de estrellas, una noche en el muelle de Puerto Morrito y amanecer maravilloso:
Entré a Costa Rica por Los Chiles, un puesto pequeño por otro lado del río San Juan que San Carlos. Pues, pero primero pasó mi salida de la isla Ometepe: cuatros horas en un barco bananero, bajo el cielo con milliones de estrellas, una noche en el muelle de Puerto Morrito y amanecer maravilloso:
Amanecer en Puerto Morrito |